No soy yo mucho de comentar segundas temporadas, pero ésta, teniendo mismo título, no tiene nada que ver con la primera, ni en formato, ni en trama, ni en desenlace.
Ambientada con ese toque colorista de aquellos años, nos recordará mucho a la serie "Mujeres desesperadas", por la dinámica y la banda sonora. De hecho es del mismo creador Marc Cherry.
La protagonista de esta temporada es Alma Fillcot, interpretada por Allison Tolman. Una graciosa y rechoncha ama de casa prototipo de la época. (No voy a entrar en la ya trilladísima y aburridísima reivindicación de género que impera en nuestra sociedad).
Alma, se encuentra frustrada por no poder acceder a un selecto club de mujeres, también muy propio de la sociedad americana de esos años, donde sus miembros son a cual más bicho.
Una trepidante concatenación de siniestros hechos, expuestos con el mejor estilo de la comedia negra, propiciarán el ascenso de Alma y la avocarán a un disparatado final.
Los hechos a los que hago referencia se irán produciendo desde diferentes frentes, todos relacionados con Alma, donde su marido, Bertram Fillcot tendrá un papel, si no protagonista, sí de gran importancia. Mr. Fillcot está interpretado por Nick Frost
En esta temporada las muertes aparecen casi desde el principio y tendremos que preguntarnos qué relación pueden tener con la prota. Habrá que esperar.
Las aspiraciones sociales de Alma implicarán a su hija Dee, interpretada por B.K. Cannon y a su novio Scooter Polarsky (Matthew Daddario), quien está relacionado con la mala de la serie, Rita Castillo (Lana Parrilla), la cual tiene contratado a un detective privado llamado Vern Loomis (Jordane Cristie), que acabará relacionado con Dee.
Y también está la otra mala, malísima, Catherine Castillo (hijastra de Rita), interpretada por Verónica Falcón
Como veis, estamos ante una especie de camarote de los hermanos Marx. Y es que todos y cada uno de los personajes nos llevarán al sorprendente final de la serie a través de divertidas mini tramas con un elevado tono de suspense e intriga, contado con mucho humor.
Gran aporte de mi ilustre compañero, D. Óscar Barbado Núñez, el "alumno Barbado".
Quería dedicar unos minutos a hablar y escribir de la
serie documental titulada GEO más allá del límite, emitida por Prime Video. Me ha causado tal impresión que he querido tomar unas notas para exponerlas
tanto en mi blog personal, como en el blog que dirige regenta mi compañero de
primeras armas y compatriota Ignacio Poza. Digo compañero de armas porque el
libro bien empleado es un arma y fuimos compañeros de libros en aquel instituto
de bachillerato unificado polivalente llamado León Felipe, de Torrejón de Ardoz.
La serie es de tipo
documental y no de cine perteneciente al género de ficción o aquel que dicen
ficción.
Lo primero que hay que decir es que estamos viendo la realidad de unas
vivencias y de unos alumnos-opositores y no una obra de interpretación
realizada por actores. Por lo tanto, cualquiera que la vea debe procurar no
confundir a los personajes de esta obra con actores, sobre todo no confundir al
verdadero inspector Pelayo (responsable de los alumnos aspirantes, director del
curso y responsable, igualmente, del resto de instructores) con el actor Antonio
de la Torre por muy parecido que pueda resultar y sobre todo en ese personaje
que interpreta de la Torre en la película policiaca llamada Grupo 7.
ADOLFO SUÁREZ
La serie está extendida sobre ocho capítulos y versa
sobre el acceso, eliminación, instrucción, formación y graduación de los
aspirantes a formar parte del grupo especial de operaciones Geo. Este Grupo
Especial de Operaciones, grupo integrado en el organigrama del Cuerpo
Nacional de Policía, fue creado en el año 1978, siendo Presidente del gobierno
Adolfo Suárez, Ministro del interior Rodolfo Martín Villa y se creó a propuesta
del Inspector General de la Policía Armada, el General de Brigada José Timón de Lara, cargo equivalente a lo que hoy es el
Director General de la Policía.
Hay que recordar que, in illo tempore, el cuerpo
de Policía Armada era un instituto militar y su uniforme era gris, para más señas. Si Vd al
leer o escuchar esta reseña percibe picor en el cuerpo le aconsejo que nos siga
con esto y escoja algún otro tipo de divertimento.
Dicho lo cual continuo: En 1978,
año de la creación de este grupo especial, se vivían tiempos duros con la
transición del franquismo a la monarquía parlamentaria, con un alto coste de
vidas humanas. Aunque a usted le hayan enseñado que los únicos muertos de aquel
período de transición fueron los Abogados de Atocha, crean que les digo la
verdad cuando afirmo que morían muchos policías, muchos guardias civiles y
muchos militares, muchos niños, muchas mujeres y demás población a manos de
bandas terroristas tales como el Grapo y la Eta. En el contexto internacional
se había producido, anteriormente, el atentado contra los deportistas de Israel en los Juegos
Olímpicos de Munich en año 1972. En 1977 se produjo el secuestro de un avión de la compañía alemana Luftansa en
el aeropuerto de Mogadiscio, liberado por una unidad antiterrorista de la policía
alemana. En ese contexto se crea
o se ordena en el año 1977 la creación del GEO en la Policía Armada, que lo
dirige un capitán de infantería como no podía ser de otra manera.
A la par, en el cuerpo hermano, la Guardia Civil se creaba
la unidad especial de intervención (UEI).
En cuanto al GEO, su intervención en el atraco al banco central de Barcelona en el año 1981 fue narrada por un joven presentador llamado Pepe Navarro, en la única cadena televisiva que
había, RTVE.
Los ochos capítulos versan sobre el proceso de selección
y eliminación de aspirantes con pruebas muy duras y con un rigor por parte de
los instructores muy evocador de las películas americanas sobre sus fuerzas
especiales.
Hoy os traigo una serie corta, tres capítulos de unos 55 minutos cada uno.
Producida por la BBC, o sea calidad garantizada, y emitida recientemente por Movistar +, así que la podréis ver muchos de mis 35 fieles seguidores. Sigue en catálogo hasta agosto de 2023.
"Condena" la han titulado en español, aunque su título original es "Time". No sé qué narices tendrá que ver, pero las productoras tienen esa manía de cambiar los títulos originales o traducirlos como se les ocurre.
Serie cruda donde las haya. No tendréis un respiro desde el minuto uno hasta el final del capítulo tres. No esbozaréis la más mínima sonrisa ni encontraréis la cuota homosexual, racial y feminista tan de moda en todo tipo de producciones audiovisuales (sobre este comentario dejo una nota abajo*). No, aquí van al grano con lo que realmente nos quieren contar.
Otras producciones nos lo contarían en dos o tres temporadas de 10 capítulos cada una, pero éstos han optado por no darle más vueltas que las necesarias. Para mi es un gran acierto.
Con gran profundidad emocional, nos plantea dos temas sobre los que reflexionar, a saber:
1.- El hundimiento a los infiernos de un tío de 50 años (bueno, el actor tiene 62, pero ya tú sabes...) que arruina su vida por una afición no controlada.
2.- El conflicto interno de quien lucha por cumplir con su deber profesional frente a su deber de darlo todo por su hijo. Planteamiento similar al que veíamos en la "acojonantepedazodeserie" "Your Honor", ya comentada en este blog y que vuelvo a recomendar como una de las mejores de lo que va de siglo.
Ambos personajes van a coincidir en una prisión británica, que dista mucho de las cárceles que vemos en las pelis americanas.
Este personaje nos muestra una de las malditas consecuencias que tiene el beber sin control y su repercusión en los que nos rodean. Sufrirá por sus errores y se empeñará en penar por ello.
Quizá el único consuelo que nos deja es cómo plantea su arrepentimiento y su búsqueda del perdón por parte de los que ha herido. Papelón.
El otro personaje, no menos importante, es Eric McNally interpretado por Stephen Graham.
Este actor no ha tenido muchos papeles de prota pero todos los ha bordado. Yo le conocí o me fijé en él interpretando sublimemente a Al Capone en otra serie mítica, Boardwalk Empire (serie con la que comencé este blog y que no os podéis perder).
McNally es un funcionario de prisiones, con una larga e impecable trayectoria, que se ve sometido a un chantaje por un preso mafioso. Ante la tesitura de proteger a su hijo o mantener su intachable profesionalidad no tendrá dudas. Otro papelón.
Siempre he mantenido que al cine (o a las series) hay que ir a pasarlo bien y por eso siempre me han gustado las que acaban bien pero, como me hago viejuno, he descubierto que podemos encontrar grandes obras con las que no podamos sonreír ni una sola vez y resultan ser cojonudas. Eso sí, por el cine de terror no paso.
Bueno, el tráiler en un inglés complicadillo, porque los chavalotes no es que pronuncien esa lengua bárbara a nivel British School:
* La nota: Quizá ya os habéis fijado y si no ya os lo cuento yo. Desde hace unos años, toda producción audiovisual occidental tiene que introducir al menos un personaje que sea homosexual y al menos un personaje de raza distinta de la caucásica. También deben pronunciarse, aunque sea veladamente, a favor del feminismo. Vaya por delante que no tengo nada en contra de ninguno de esos extremos. Todo lo contrario, entiendo que debe prestarse especial cuidado a los colectivos que se vean más desprotegidos. Eso sí, a todos. Cuando se lleva al cine una obra literaria, que tiene ya sus personajes definidos, o una historia real, no se puede cambiar lo que realmente era por lo que se pretende que deba ser. Pongo un ejemplo: Movistar acaba de estrenar "La Fortuna", basada en un libro, en formato cómic, "El Tesoro del Cisne Negro" que, a su vez, está basado en unos hechos reales. Bueno, pues, dando cumplimiento a la norma ponen a la protagonista como lesbiana la cual en el libro no es lesbiana, ni es necesario que lo sea o no, porque lo que es es una pedazo de investigadora histórica, que es lo que importa. La cuota racial la cumplen con el abogado americano, que en la serie es negro. Que no pasa nada, pero si se pretende contar una historia real, se ha de contar sin tener que acudir a reivindicaciones que no vienen a cuento.
Además, especialmente las series yankis, en muchas ocasiones cumplen el requisito aunando las obligadas características en un sólo personaje (negro y gay). Presentando personajes innecesarios para las tramas y, muchas veces hasta ridiculizados, lo cual no ayuda a su causa.
¿Sería lógico y necesario que hicieran una serie, yo que sé, sobre Superman y que éste sea gay y Lois Lane coreana?. ¿O una peli sobre los atentados del 11-S en la que alguno de los terroristas fuera gay?. Entiendo que no porque no es necesario para la trama.
En esta ocasión os traigo una pedazo de
serie con una calidad excepcional.
Se trata de El Padrino de Harlem (The Godfather
of Harlem). Se emite actualmente en HBO (enlace) y consta de dos temporadas
de 10 capítulos cada una.
La primera temporada se empezó a emitir el
septiembre de 2019 pero la pandemia retrasó el rodaje de la segunda temporada que,
finalmente, comenzó a emitirse en abril de 2021.
La historia está basada en hechos reales.
Se trata de un mafioso negro estadounidense, Ellsworth Raymond Johnson, conocido
como Bumpy Johnson.
Aunque este tipo tuvo una dilatada vida
profesional desde los años 30 del siglo pasado, la serie se centra andanzas
después de salir del trullo tras diez años “a la sombra” en la mítica prisión
de Alcatraz.
Estamos, por tanto, entre 1963 y 1965, lo
que aprovechan los guionistas para darnos información de hechos históricos de
los USA como el asesinato de Kennedy, la lucha por los derechos civiles, MalcomX y temas relacionados.
Bumpy Johnson – Forest Whitaker
Bumpy Johnson está interpretado por Forest Whitaker, quien me parece que realiza uno de los mejores trabajos
de su carrera.
Bumpy, tras salir de la cárcel, se pone de
nuevo al mando directo de su organización y le toca darse de bruces con la
realidad: son mafiosos, malotes, manejan un montón de pasta y tienen su
parcelita de poder en Harlem, pero son negros en los años 60, por lo que,
dentro del mundo mafioso, también lo tienen complicado.
Y es que si hay gente racista de la buena
esos son los mafiosos italianos, que controlan la mayor parte del juego,
narcotráfico, políticos, prostitución y sindicatos de la ciudad de Nueva York.
Los “espaguetis” no soportan que alguien ajeno a la Cosa Nostra les toque sus
sectores y menos que sean negros.
A Bumpy le asustan lo justito y se dedica a
lo suyo y a esquivar los palos que le dan los de enfrente.
Vincent Gigante – Vincent D’Onofrio
Enfrente va a tener a Vincent Gigante, interpretado
por Vincent D’Onofrio. Gigante es el típico jefecillo dentro de
una de las cinco familias, que controla un buen pedazo del negocio y se encisca
en una guerra personal contra los “f***ng n***s” (no me arriesgo a poner esa expresión, que me cierran el blog) que le quieren dar un
mordisco a su pastel. Para colmo, su blanquita hija tiene un novio
afroamericano.
Otros personajes:
Adam Clayton Powell - Giancarlo Esposito
Adam Clayton, congresista con una peculiar forma de luchar por los derechos de los afroamericanos y con una desmedida afición por las mujeres.
Malcom X – Nigel Thatch
Malcom X, violento defensor de los derechos civiles de los negros. El actor que le interpreta tiene un gran parecido con el personaje real.
Mayme Johnson – Ilfenesh Hadera
Y Mayme Johnson, la esposa de Bumpy. Actriz que hay que seguir allá donde trabaje.
No cuento más y os recomiendo esta serie
por su gran calidad, la forma de presentar a los personajes y mostrarnos esa
racista y segregada sociedad americana, el bombón que es la mujer de Bumpy y su
banda sonora que, sin ser de mi gusto, es cojonuda.
Serie
de Netflix con ocho episodios en una sola temporada, fácil de ver aunque a su
despreciable protagonista cuesta soportarle ya desde el primer capítulo.
Charles Sobhraj - Tehar Rahim
Nos
cuenta la historia real de Charles Sobhraj, un aspirante a vividor que cometió
sus hazañas en los primeros años de la década de los setenta.
Sobhraj,
con pasaporte francés pero de origen vietnamita, padecía un serio complejo de
inferioridad que en la serie se nos muestra claramente.
Ese
complejo y el racismo enraizado en la sociedad francesa impedían que personajes
como Sobhraj pudieran progresar dentro de la misma, situación ésta que el
protagonista pretendió superar a través de la delincuencia.
La
serie nos sitúa a Sobhraj, interpretado por Tehar Rahim, en Bangkok, tras haber
visitado ya las cárceles francesas, con unos 25 años.
Con
un pretencioso estilo dandi, (ojo con la terrorífica vestimenta de los 70)
Sobhraj se dedica al robo y a la estafa regentando un pequeño hotel al que acuden
numerosos hippies europeos y norteamericanos que pululan por esa zona de Asia
en esos años.
Ajay - Amesh Ediwera
Junto a su colaborador y sirviente, Ajay (Amesh Edireweera), comienzan a organizar
fiestas en las que envenenan las bebidas de sus víctimas, quienes empiezan a
sentirse horriblemente mal, ofreciéndoles Sobhraj a atenderles en su hotel
hasta su recuperación (que nunca llegará)
De
esta forma y manteniéndoles en un precario estado de salud por semanas, se hace
con todas sus pertenencias y pasaportes, documentos claves en el desarrollo de
la historia.
Marie-Andrée Leclerc - jenna Coelman
A
ellos se unirá la canadiense Marie-Andrée Lecrerc, interpretada por Jenna Coleman.
Marrie-Andrée se encuentra de vacaciones por Tailandia cuando la serpiente le echa el ojo. Fin de su vida. Sobhraj la conquistará, cautivará y someterá a un férreo control emocional. (lo sé, se dice "le", pero es que no me suena bien)
Herman Knippenberg - Billy Howle
Entre
las víctimas del trío se encontrarán dos ciudadanos holandeses (ahora resulta
que hay que decir Neerlandeses) que serán echados en falta por sus familiares y
contarán con alguien que verdaderamente se preocupe por ellos, un empleado de
la embajada holandesa en Bangkok, Herman Knippenberg, interpretado por BillyHowle.
Knippenberg
comenzará una investigación a contrarreloj sobre la desaparición de sus
paisanos y otras víctimas que irán apareciendo, que le llevará a
enfrentamientos personales con superiores y familiares.
No
viví yo esos años de forma consciente, pero la ambientación es espectacular. No
faltan detalles de esa temerosa moda setentera, los coches, los hippies, las
gafas de sol, las pamelas…
Esta
serie es para verla casi de una sentada y este primer fin de semana otoñal se
me antoja el momento perfecto.
Y,
después de verla, acudid a Google para averiguar más cosiilas del prenda, que
se las trae. Por cierto, sigue vivo.
Hoy hace un año que empecé con este blog y me
alegra un montón. No hago más comentarios.
Después de mi exposición viene uno mucho
más profesional que ha preparado mi buen amigo Alberto Plágaro, que de política
no entiende, pero de cine sabe un huevo.
En esta ocasión traigo una serie, The One, que quizá hay pasado
desapercibida por la propuesta que Netflix hace de ella. Bueno, mejor dicho, la
forma en la que la ha promocionado: “El amor
y las mentiras se descontrolan cuando una investigadora del ADN descubre una
forma de encontrar personas afines y crea un servicio de emparejamiento”
A ver, cierto es lo que dice, pero se podía
dar alguna pista más para enganchar al público.
Efectivamente, de fondo tenemos a una
avispada y mileurista genetista que descubre que todo ser humano (al igual que
las hormigas) tiene su media naranja esperándole por el mundo.
Así, contando con una buena base de datos
de ADN, puedes encontrar a la persona de la que estarás enamorado, literalmente,
a primera vista y para toda la vida.
Este argumento de fondo nos permite
hacernos planteamientos de todo tipo.
El primero es, ¡coño, cómo mola, sería la
bomba!.
Luego puedes seguir con “y si ya estoy
enamorado, ¿eso ya no vale?”
O la buena, “encuentro a mi amor y se acabó
todo. El amor es lo único importante en la vida. Si tú me dices ven, lo dejo
todo”.
Pero la serie no se centra sólo en eso.
Tenemos una trama de las de algunas series de los 80 como Dallas o Falcon Crest.
No por culebrón, sino por las intrigas en el negocio para su consolidación y
ascenso a la cima de la industria genética o genetista.
Una muerte y su investigación, cuyo autor
será descubierto al final de la serie, será el hilo conductor de todo.
Serie muy recomendable, sobre la que no digo más porque aquí va la colaboración de Alberto, grande donde las haya. Ojo, sin desmerecer a otros ilustres
colaboradores:
En un mundo en el que el AMOR funciona como
una droga ¿qué pasaría si se descubriera la fórmula definitiva para encontrar
el gran amor de tu vida y el de todas las personas que habitan este planeta?
Con esta semidistopía…porque llamarla
distopía es mucho llamarla, sobre todo cuando hay series como “El cuento de la criada”, “Sense8”, “Westworld”, “Black mirror”, etc, que son la madre de todas
las distopías…nos adentramos en una sociedad en donde la posibilidad de
encontrar nuestr@ afín nos convierte en meros instrumentos de un mercado
global.
Imagínate que encontrar a tu alma gemela
fuera una cuestión de genética!! O mejor aún: imagínate qué haríamos los que
tuviéramos una feliz relación de pareja si de repente te ofrecieran la
posibilidad de descubrir quién es tu verdadera media naranja.
Basada en un libro de John Marrs, la serie
“The One” nos cuenta, en sólo 8 capítulos, una historia surgida en un momento
en donde las aplicaciones de citas son muy recurrentes y funcionan como cupidos
fugaces…pero a día de hoy ya está demostrado que sólo sirven para follar.
Aparte de las subtramas como: accidentes,
chantajes, celos, misteriosos asesinatos…., todos ellos bien calculados y
plasmados en el relato principal de esta serie y que en muchas otras
alcanzarían el status de TRAMA principal (transmitiendo con ello más simpleza),
The One nos adentra con su narrativa principal en el ascenso a los cielos de
nuestra protagonista, montando un imperio basado en la búsqueda del supuesto
amor perfecto.
La mayoría del reparto está brutal, las
miradas, los silencios, los gestos….en definitiva, la atracción que transmiten
las personas afines en su primer contacto nos transportan a ese enamoramiento
que alguna vez algun@ de nosotr@s hemos experimentado en forma de mariposas en
el estomago….pero aquí ese amor es eterno y no se acaba cuando desaparece el
efecto de la química en nuestros cuerpos.
Los actores y actrices no sobreactúan, no
se exceden en las sensaciones y sentimientos que transmiten, y cada un@ de
ell@s te lo crees por lo que muestran en cada momento.
Las relaciones entre ell@s no son ilógicas
porque sí, sino que están siempre justificadas (como la pareja pública de
nuestra protagonista) y los secundarios refuerzan la idea principal de esta
serie.
La fotografía (y no me refiero sólo a la
luz y al color, también a los encuadres, enfoques y valores de plano) es
exquisita, sin excederse, sólo te acompaña y te lleva a un mundo en el que te
lo crees sí o sí.
Los escenarios y localizaciones que
aparecen en esta serie no pretenden transportarnos a un entorno diferente, ya
que todos pertenecen a un mundo actual muy reconocible.
¿Queda un final abierto para poder tener
una segunda temporada? pues si no hay otra temporada, según mi opinión, queda
bien resuelta. Ahora, si tiran de algunos hilos podrían construir contenido y
tramas para una segunda.
En resumidas cuentas “The One” es una serie
bastante digna, con algunos pequeños defectos como no explotar y ahondar más en
la premisa principal: la fórmula para encontrar a tu pareja ideal; y también me
atrevería a decir que es muy recomendable, y más ahora, donde encontrar el amor
en tiempos del coronavirus se antoja como una tarea ardua y muy difícil de
lograr.
Esto ya es mío: chaval, que tú ya tienes a Emma
y a Norah, no necesitas buscar más.